| Antes de hablar de las 20 candidaturas a los Goya de El buen patrón, de Fernando León, antes de comentar la vuelta al cine de la mano de Netflix de Juan Antonio Bayona (con un proyectazo en español, La sociedad de la nieve), un breve paseo por una de las academias de más regio abolengo en España, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde el pasado domingo entró en la sección Nuevas Artes de la Imagen (a cuyos académicos el director, el compositor Tomás Marco, denominó entre risas esos "jovenzuelos", porque han apartado a los músicos de la categoría de recién llegados tras 150 años) el crítico de cine, mítico director durante dos décadas de la Seminci y exresponsable del ICAA Fernando Lara. Fernando Lara no necesita mucha presentación. Y más allá de su inmenso currículo, donde cabe hasta haber sido crítico de la legendaria revista Triunfo en su mejor época, hay que recordar que es una buena persona. Eso no es tan habitual. A su discurso, en el que en segunda persona hizo una divertida semblanza de su carrera y de sus dudas vitales, le respondió de manera vibrante Manuel Gutiérrez Aragón (lo dicho para Fernando sobre su currículo y su talante es igual de aplicable para Manolo). Junto a ellos, algunos de los otros académicos como Josefina Molina o Arantxa Aguirre. Todo este preámbulo era importante para llegar al meollo: en mitad del discurso de Lara, que se puede leer aquí), el ya académico dejó constancia de su decálogo a la hora de escribir críticas. Y yo, que no escribo críticas, sin embargo, me sentí oyéndole interpelado (y bastante reflejado) como periodista de cine. Aquí están estos sabios mandamientos: 1.- Ante todo, has de sentir pasión, vivir el estremecimiento estético y haber adquirido conocimiento del arte cuyas obras vas a analizar. 2.- Abordarás cada crítica como un trabajo de creación, pero sabiendo siempre que eres un intermediario entre la obra y el espectador, nunca el protagonista. 3.- Facilitarás todas las coordenadas y datos que ayuden al lector, y posible o futuro espectador, a un mejor conocimiento y comprensión de la película analizada. 4.- Irás directamente al objeto de tu crítica, sin perderte en meandros ni en derivaciones que solo dificultan su lectura y comprensión. 5.- No aportarás datos eruditos, cinematográficos o de otras disciplinas, que para nada sirvan: solo para querer demostrar cuánto sabes de cine o de esas otras materias. 6.- No harás únicamente juicios valorativos, aunque de tu escrito se acabe deduciendo la valoración global que efectúas de la obra. 7.- Jamás te sentirás por encima de quienes, habitualmente con gran esfuerzo, han realizado la película. 8.- No serás nunca ni insultante ni despectivo con la película ni con sus responsables. Siente empatía hacia ellos y hacia el público. 9.- Utilizarás un lenguaje accesible y bien elaborado, que pueda ser comprendido por todo el mundo. 10.- Estarás al día sobre la teoría, la historia y la estética cinematográficas, así como en general de las principales expresiones culturales, para que tu crítica consiga el sustrato del que alimentarse.
Estos 10 mandamientos se encierran en dos:
a).- Ante todo, serás humilde en y con tu trabajo. Tu inevitable subjetivismo no debe hacer que te pierdas por el camino.
b).- Te plantearás siempre tu labor como un desafío: respecto a la obra, respecto a los lectores/espectadores para los que escribes y respecto a ti mismo. Busca el equilibrio y la serenidad en tu juicio.
Merecía la pena, ¿verdad? Pido perdón a Fernando Lara por citarle sin haberle pedido permiso, aunque me escudaré en que es un discurso público... Ya llegan los Goyas: el irrefrenable arrase de 'El buen patrón' El pasado lunes Nathalie Poza y José Coronado leyeron las candidaturas a los 36º premios Goya, que se estregarán en Valencia el 12 de febrero (un inciso, que a partir de ahora Poza y Coronado lean todo lo que haya que leer, porque fueron perfectos, incluso solventando fallos técnicos). Ya sabréis que El buen patrón, de Fernando León, logró 20 candidaturas, superando la marca histórica de Días contados, de Imanol Uribe, con 19 selecciones, un récord logrado gracias a que ocho de sus intérpretes están nominados. Detrás quedaron Maixabel, de Icíar Bollaín, con 14, y Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, con ocho nominaciones. Mediterráneo, de Marcel Barrena logró siete y Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón, empató con Libertad, de la debutante Clara Roquet, a seis. El buen patrón logró una candidatura hasta en efectos especiales. Sus 20 nominaciones se cimentan en que ocho de sus intérpretes son candidatos a las categorías de actuación. Para hacer una comparación, la película con más premios Goya de la historia es Mar adentro, de Alejandro Amenábar, que logró 14 estatuillas de 15 nominaciones (por cierto, Mar adentro, Días contados y El buen patrón tienen un nombre en común: Javier Bardem). La película de Amenábar tiene una marca que El buen patrón no podrá alcanzar: ganó en las seis categorías de interpretación (El buen patrón no ha presentado a nadie en mejor actriz). Dos advertencias: que tenga más nominaciones no convierte a una película en favorita (repasad premios de otros años) y a veces ni siquiera el filme que gana más Goya es el triunfador de la gala, porque se lleva técnicos y no los cabezones más mediáticos (de nuevo, repasad premios de otros años) Uno echa de menos más riesgo y variedad en los Goya. Siento que películas importantes para el cine español este año como Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra; Quién lo impide, de Jonás Trueba, o Seis días corrientes, de Neus Ballús, han sido ninguneadas. Desde hace unos años, la categoría más apasionante y llena de codazos (virtuales) es la de dirección novel, porque en cada edición hay un puñado de cineastas que podrían entrar ahí. Tampoco hay nada de riesgo en Película europea (son las del Oscar del año pasado) ni en Película Iberoamericana (solo queda el consuelo de que gane el veterano cineasta chileno Patricio Guzmán, con La cordillera de los sueños). ¿Cuántos académicos votan? La intuición me dice que muy pocos, y que cuando lo hacen, señalan a su favorita (este año es, obviamente, El buen patrón, que también representa a España en los Oscar) en todas las categorías. Es cierto que entran 160 películas, y que solo algunos periodistas vemos casi todas (presupongo que también lo hacen algunos académicos). Pero estamos en España, solo nos acordamos de santa Bárbara cuando truena -eso afirma el dicho- y cuando llega el momento de esta primera criba, es complicado recuperar el tiempo perdido. Mejor que yo lo ha explicado en Twitter David Pulido, psicólogo clínico y guionista, Goya por Tarde para la ira en este hilo que os recomiendo leer. Y que subraya algo para que, quien como yo, le gusta señalar ausencias: ¿a quién quitarías para meter a quien echas de menos? Juan Antonio Bayona tiene un plan (y pasa por Netflix) Catorce años después, los transcurridos desde El orfanato, Juan Antonio Bayona volverá a rodar en español. Y será una adaptación del libro La sociedad de la nieve, de Pablo Vierci, que le ronda desde hace tiempo. "Llevo tantos años con este proyecto que el título de Lo imposible [2012] lo saqué del libro de Vierci", me contaba por teléfono hace unos días. "Lo descubrí cuando me estaba documentado para esa película, y me marcó a mí y a ese filme. Durante el rodaje yo les leía fragmentos a Naomi Watts, Ewan McGregor y Tom Holland". El libro y la película ilustran la tragedia aérea acaecida en los Andes en 1972, cuando un avión con 40 viajeros y cinco tripulantes, incluidos los 19 miembros del equipo de rugby Old Christians Club, además de sus familias, simpatizantes y amigos, chocó contra la cordillera. En el accidente fallecieron 12 de las personas integrantes del vuelo. El frío, las heridas y un alud acabaron reduciendo a 16 el número de supervivientes que lograron salir adelante después de 72 días de condiciones durísimas. Entre ellas, la falta de alimentos: el undécimo día, tras escuchar en una radio improvisada que se habían suspendido las labores de búsqueda, decidieron recurrir a la antropofagia, y comieron carne y tuétano de los restos de los cadáveres de sus amigos. "Lo que me apasiona del libro de Pablo", explicaba el cineasta en esta entrevista, "es que ahonda en la clave de la supervivencia. Gracias a otros formatos sabemos lo que pasó, pero no somos tan conscientes de lo que les pasó. Es un acercamiento psicológico, sobre la transformación que ellos viven por dentro". Por eso, recuerda el cineasta, cuando leyó el libro le llamó la atención el hecho "de que la historia, desde esta vertiente, no se había contado nunca". Por cierto, lo hará con Netflix, porque es la única productora que respeta su decisión de filmar la historia en español. El resto, para dar luz verde al presupuesto, pedía hacerlo en inglés... y eso Bayona ya lo vivió con Lo imposible. Llega 'Fue la mano de Dios' Paolo Sorrentino estrena en cines esta semana (y en Netflix en pocos días) Fue la mano de Dios, su película más personal, en la que ilustra su adolescencia en Nápoles, en la que sufrió una tragedia familiar que ocurrió en paralelo a la llegada de Diego Armando Maradona a equipo de la ciudad italiana. Aquí, Irene Crespo le entrevista para la revista Icon, y el italiano apunta: "Ha sido un intento de terapia, sí, porque durante muchos años he mantenido un monólogo interior, hablaba conmigo mismo sobre mis dolores y he mejorado muy poco, estaba un poco atascado en esos 17 años. Pensé que si lo intentaba de otra manera, si lo compartía… Cuando se hace una película sobre uno mismo, ocurre esto, tienes que hablar de ella durante muchos meses y, en un momento determinado, te acabas aburriendo. Y espero que, al final, después de todas estas entrevistas, acabe aburriéndome de mis dolores y así olvidarlos". Otra entrevista interesante, la de Álex Vicente a Pedro Almodóvar, tras el exitoso estreno de Madres paralelas en París: "Presentía que habría una frialdad respecto a la película por parte de la mitad del país, y la atribuyo al tema del que trato: la memoria histórica. España siempre ha sido un país dividido y lo sigue siendo. A toda una parte de la derecha, la película no le hace ninguna gracia. No quiero hacerme la víctima, porque cuando hago una película como esta me atengo a las consecuencias. Pero sí he visto una frialdad por parte de nuestros compatriotas, que se debe al hecho de hablar de un asunto muy antipático del cual les gustaría que no se hablara nunca". Y acabo con la de Berna G. Harbour a alguien a quien le tengo un cariño especial, Violeta Salama, que el viernes 10 estrena Alegría, una historia de mujeres, cruce de religiones y convivencia en Melila, ciudad de procedencia de su familia: "Cuando yo era niña no existía la valla, íbamos todos los fines de semana a la playa en Marruecos sin caravanas ni fronteras. Ahora Melilla se ha convertido en algo claustrofóbico y eso hace que todo se radicalice. Mi realidad era Melilla como un limbo y es lo que he tratado en mi película: un limbo, una fábula, no documental". Y también apunta: "No hay una sola forma de ser judío, ni católico, ni musulmán. Cada uno lo lleva a su personalidad. El judaísmo te exige tal cantidad de normas que hay pocos judíos que lo cumplan todo, por ello cada uno elige las que puede cumplir y se salta otras. Yo quería enseñar esa evolución: la religión solo nos da las armas para sobrevivir lo mejor posible y cada uno las usa según le conviene. Al final, el religioso puro es bondad y tolerancia y solo quiere transmitir su paz interior". Estrenos de la semana Aquí vamos con cinco lanzamientos. FUE LA MANO DE DIOS. Paolo Sorrentino La película de la semana para Carlos Boyero, que escribe: "Hay un identificable y potente sello personal en la estética de las películas de Sorrentino. Sus imágenes son exuberantes y barrocas. Utiliza el caos con mucho sentido y posee sin esfuerzo una transparente vena poética. Nunca se queda corto. A veces, incluso se pasa. Su obra es sorprendente y genuina. Puede equivocarse, pero sus apuestas siempre son fuertes. Y ha acertado plenamente en películas tan extrañas y hermosas como Las consecuencias del amor y La gran belleza". CAZAFANTASMAS: MÁS ALLÁ. Jason Reitman Javier Ocaña explica sobre esta película que le ha gustado mucho: "Reitman, junto a Gil Kenan, ha compuesto un guion fabuloso, sobre todo en sus dos tercios iniciales, los de la presentación de personajes, aparición del conflicto y primeras experiencias con los fantasmas. Por supuesto que hay guiños divertidos para conocedores de la década de los ochenta (jocosas apariciones de Cujo y de Chucky), y una cierta nostalgia del pasado, particularmente en la emocionante parte final alrededor de la figura del fallecido Ramis. Pero Cazafantasmas: más allá (feo título, por cierto) es una película completamente autónoma gracias a la fina calidad de sus diálogos, a la fastuosa composición de las situaciones y al carisma juvenil de sus intérpretes. Mckenna Grace y Fynn Wolfhard son soberbios, y sus personajes están trazados por manos talentosas, las que aúnan en un adolescente la perspicacia, la naturalidad y el encanto. Junto a ellos, los no menos simpáticos Carrie Coon y Paul Rudd, y el fabuloso descubrimiento del desternillante Logan Kim, heredero directo del Tapón de Indiana Jones y el templo maldito y Los Goonies". LA FAMILIA PERFECTA. Arantxa Echevarría Elsa Fernández-Santos opina sobre la comedia de la directora de Carmen y Lola: "Belén Rueda da vida al personaje principal de una película cuya mezcla de tonos y capas sociales resulta demasiado burda. El endeble guion se sostiene sobre todo gracias a permanentes giros argumentales capaces de mantener en alerta al espectador. Pero la principal virtud de La familia perfecta, y su mayor atractivo, es un elenco de actores muy conocidos capaces de sortear gran parte de los excesos y la insistente brocha gorda". SEIS DÍAS CORRIENTES. Neus Ballús Elsa explica: "Los seis días del título hacen referencia a la semana en la que un inmigrante marroquí será puesto a prueba en una empresa de fontanería y electricidad de la periferia de Barcelona. Una misión nada sencilla por los prejuicios de un entorno que mira con recelo al recién llegado. Sus dos compañeros de ruta serán Valero, un cuñao racista que siempre tiene una frase para todo, y Pep, un inminente jubilado que mima su oficio con una sabiduría que parece perdida. Moha, el primoroso marroquí, conocerá las pequeñas miserias y grandezas de un trabajo que le permitirá atravesar la fachada de una ciudad que aquí revive como nunca.La estrategia de Ballús tiene mucho de experimentación, y su método se basa en la observación y la paciencia. Durante dos años buscó a sus personajes en la escuela de instaladores de Barcelona y allí, entre centenares de aspirantes, fue encontrando las caras y las historias que ha plasmado en un guion que fluye como la seda". EL AMOR EN SU LUGAR. Rodrigo Cortés Para Javier, Cortés ha logrado un muy buen melodrama: "El gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial ha sido escenario de infinidad de novelas y películas de todos los estilos y épocas, pero las vertientes dramáticas y humanas de la tragedia resultan tan inabarcables que siempre parece haber lugar para un relato más, con ángulos, tonos y personajes que parezcan nuevos. Rodrigo Cortés lo logra con la bonita El amor en su lugar, melodrama de emociones clásicas y puesta en escena contemporánea, que recupera una historia no demasiado conocida: la pervivencia del teatro en medio del aislamiento, de un cierto soplo de aire en medio del infierno, de unas risas entre las muecas. El encierro de los judíos no evitó que cada noche una compañía representara una comedia musical que ayudara a expurgar, al menos durante un par de horas, las penurias, la sangre, la desolación y la muerte de unos seres humanos al borde de la aniquilación durante la ocupación alemana, en el invierno de 1942". Un abrazo a todos. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon |
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