| Muy buenas, esta semana en Babelia traemos un dato viejo que, por olvidado, parece nuevo. El dato: 2 de los 10 millones de africanos que fueron secuestrados en sus lugares de origen y llevados a América como mano de obra forzada terminaron en las colonias españolas. El 43% de la población de Cuba llegó a estar formada por esclavos. No parece una cifra menor y, sin embargo, la pregunta es: ¿dónde está su memoria en nuestras calles, en nuestros museos, en nuestro imaginario colectivo? El hecho de que la cultura española no haya generado nada parecido a lo generado con la historia de la esclavitud en países como Francia, Holanda o Estados Unidos (empezando por el cine) volvió invisible un fenómeno al que durante siglos acompañó además el eufemismo de "explotación suave" hispana por contraste con la anglosajona. Como todo eufemismo, este también escondía un tabú, es decir, más datos: 16 horas de trabajo al día una vida media de entre 15 y 20 años castigos bien establecidos en las ordenanzas de la Corona: 50 latigazos la primera vez que alguien intentaba escapar, amputación del pie si reincidían o estaban ausentes de la propiedad más de 10 días y pena de horca si volvían a fugarse. ¿Por qué no es más conocido? El olvido de semejante negocio (organizado por empresas que cotizaban en bolsa) tiene, entre otras, dos razones. 1 La ausencia en la España de hoy de una población afrodescendiente con influencia como para abrir institucionalmente ese capítulo de la memoria histórica. 2 Parte de la prosperidad económica de ciertas élites nacionales tiene su origen en aquel tráfico de seres humanos. José Antonio Piqueras, catedrático de historia en la Universidad Jaume I y autor de varios libros de referencia, lo ilustra así: María Cristina de Borbón, madre de la reina Isabel II, rivaliza en el palmarés de grandes tratantes con Antonio López, Josep Xifré y Pablo Espalza, es decir, con el primer marqués de Comillas, el primer presidente de la Caja de Ahorros de Barcelona y el fundador del Banco de Bilbao. ¿Algo está cambiando? Sí. Hay una avalancha de libros y películas sobre el tema y por eso le hemos dedicado nuestra portada. Con un reportaje de Guillermo Altares, un artículo de Álex Vicente que lo enmarca en la revisión actual del colonialismo, la reseña del maestro de historiadores Carlos Martínez Shaw del Diccionario enciclopédico de la esclavitud y una tribuna del ensayista cubano Iván de la Nuez. Mañana ya nadie podrá decir: "No lo sabía". Revolución en la escultura La esclavitud se asomó tímidamente a los telediarios cuando retiraron del puerto de Barcelona la estatua del marqués de Comillas, y no deja de ser curioso que la renuncia al pedestal fuera uno de los detonantes de la "expansión" de la escultura moderna. Ahora coinciden varias muestras en Valencia, Sevilla y la propia Barcelona que analizan el modo en que esa revolución ha llegado también a las formas y a los formatos. Todo se ha vuelto escultórico. Es otro de nuestros grandes temas junto a, por supuesto, los libros de la semana (cuyas reseñas pueden leerse pinchando aquí). La redacción de Babelia también recomienda Un novelón (Álex Vicente) Los optimistas (Sexto Piso), de Rebecca Makkai, es un fresco de 600 páginas sobre los estragos del sida en la historia reciente, que arranca en el Chicago de 1985 y se extiende hasta el París de los atentados del Bataclan. En un vaivén continuo entre pasado y presente, Makkai describe el avance de una pandemia que mata ante la indiferencia general —"un holocausto, un asesinato masivo a base de negligencia y antipatía", escribe—, pero también sus consecuencias, discretas pero devastadoras, en las víctimas colaterales. Una novela arrolladora sobre un luto del que muy pocos han hablado. Un poema épico (Silvia Hernando) En el corazón de los 200.000 versos que componen el poema épico Mahabharata reside el Bhagavad Gita. Canto a canto, el texto transita por conceptos como el yoga, la renuncia, la meditación y la conciencia. Sus enseñanzas, recreadas a modo de conversación entre el dios Krishna y el guerrero Arjuna, son como el abono de la fértil cultura india. Errata Naturae acaba de publicar la primera versión ilustrada en castellano y, solo por las pinturas que reproduce, el libro ya merece la pena. Un cómic (Guillermo Altares) Las buenas series de cómic provocan algo parecido a la adicción: cuando se acaba un tebeo se espera el siguiente con impaciencia, aunque muchas veces se trata de una espera de años… En este caso han pasado ocho, una eternidad, pero la espera ha merecido la pena: la semana que viene sale a la venta el nuevo Blacksad (Norma), el sexto de una serie protagonizada por un detective gato escrita por Juan Díaz Canales y dibujada por Juanjo Guarnido que ha recibido numerosos premios, entre ellos el Nacional de Cómic. Se trata de un homenaje a los clásicos del cine y la literatura negra, en el que todos los personajes están caracterizados como diferentes animales. Y una vez que se empieza, ya no hay forma de parar. Una canción de mala muerte (Javier Rodríguez Marcos) Así, Una canción de mala muerte, se titula el disco del añorado Rafael Berrio que incluye la canción 'Quién lo impide', que a su vez da título a la nueva película de Jonás Trueba. Tres minutos de pop para un retrato complejo de la adolescencia. "Si tienes 15 años y pretendes escapar..." O 25 años o 35 o 51. Esto es todo por hoy. Gracias por leernos. Más Babelia, todo Babelia, aquí. Si te han enviado este correo y te quieres suscribir a la newsletter, puedes hacerlo aquí. | 
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