Muy buenas, EL PAÍS estrena hoy diseño digital -pueden comprobarlo aquí- y nosotros viajamos a la prehistoria. ¿Por qué? Porque tal vez no seamos más que cavernícolas con internet. La pregunta que llevamos en nuestro titular nos la planteó el filósofo y antropólogo Tomás Pollán cuando fuimos a entrevistarlo después de que impartiera en la Fundación Juan March de Madrid una conferencia titulada ¿Fin de la excepción humana? Meses antes se había planteado en Harvard la posibilidad de clonar a un (o a una) neandertal a partir de restos de ADN y Pollán, un maestro del pensamiento contemporáneo en español, lanzó la pregunta ética que se deriva de esa hipótesis: "Si ahora se presentara aquí un homo erectus, ¿lo llevaríamos al zoo o a la escuela?". Si leen el reportaje que Guillermo Altares ha escrito para nuestra portada encontrarán la respuesta: a la escuela. La razón es que las investigaciones sobre la prehistoria no paran de desmontar la tonelada de lugares comunes que arrastramos desde hace siglos: del supuesto rol pasivo de la mujer a la supuesta animalidad radical de muchos homínidos anteriores al homo sapiens. "Son nuestros abuelos", dice Juan José Millás, que experimentó una verdadera "caída del caballo" al visitar el yacimiento de Atapuerca. La prehistoria siempre había sido un nicho editorial exitoso por el lado de la ficción. La novedad es que ahora los libros que se cuelan entre los más vendidos no son novelas sino ensayos de divulgación científica. Varios de los expertos que han hablado con Altares apuntan una explicación para ese fenómeno. Tiene que ver con el pasado tanto como con el futuro porque remontarse en el tiempo permite conocer, por ejemplo, cómo se ha ido fraguando nuestra sociedad (patriarcal, desigual, autocrítica) o qué papel ha jugado el ser humano en la configuración del clima que sufrimos y disfrutamos hoy. No sabemos por cuánto tiempo. Dependerá del porcentaje de sentido común que incluya nuestro ilustre apellido: sapiens. Como perros Otra de las preguntas que le hicimos a Tomás Pollán fue esta: ¿Tienen derechos los animales? Su respuesta: "Los derechos no tienen por qué ser lo más elevado. Tal vez el cuidado y el respeto sean más meritorios. ¿Aceptaríamos que un genio tiene más derechos que una persona normal?" Viene a cuento porque en este número -junto a reseñas de los nuevos libros de Manuel Vilas y Claudio Magris, la crítica del disco de Drake o un paseo por la exposición que desvela la cara B del museo Thyssen- publicamos sendos artículos sobre ensayos que hablan de nuestra relación con la naturaleza (a cargo del filósofo Juan Arnau) y sobre novelas y cuentos latinoamericanos (a cargo del narrador argentino Patricio Pron) en los que los perros callejeros son metáfora del desamparo que sufren los seres humanos. La redacción de Babelia recomienda Ultrascore (Silvia Hernando). Reciente revelación de la música francesa, el pianista y compositor Christophe Chassol presume de haber creado una nueva técnica, el ultrascore, donde imágenes y sonidos se funden en obras de arte con aspiraciones de totalidad. Ante ellas, solo hace falta dejarse llevar. La tarea es fácil y placentera. Su jazz insólito, que viaja del Caribe a la India, aterriza el 10 de octubre en Salamanca como parte del Festival FACYL. Colonialismo (Álex Vicente). Hace años que la espinosa cuestión del legado colonial se ha infiltrado en los museos internacionales, como demuestran muestras recientes como El modelo negro, en el Museo de Orsay de París, o Esclavismo, en el Rijksmuseum de Ámsterdam. En España, la cuestión se ha tratado con mayor timidez, tal vez porque sigue siendo un asunto especialmente delicado, como demuestra la delirante batería de declaraciones polémicas a la que hemos asistido esta semana. Por suerte, existen artistas como la peruana Sandra Gamarra, sin miedo a meterse en ese charco. Su exposición Buen Gobierno, que se puede ver en la Sala Alcalá 31 de Madrid, aporta una reflexión estimulante sobre la violencia que vehicula el imaginario colonial y los motivos de un olvido posterior que ya hace demasiado tiempo que dura. Ecología (Guillermo Altares). Baptiste Morizot es filósofo, profesor, escritor y… rastreador. Este pensador francés mantiene una relación directa con la naturaleza y es capaz de seguir el rastro de las bestias en el bosque. Defiende el establecimiento de una relación de los humanos con los seres vivos -con los lobos, por ejemplo- basada en la convivencia, no en el enfrentamiento, como única salida a la crisis ecológica actual. Su obra ha sido traducida por primera vez al castellano por Errata Naturae, que acaba de publicar Maneras de estar vivo. La crisis ecológica global y las políticas de lo salvaje. Aborto y algo más (Javier Rodríguez Marcos). "A la edad en la que ser una chica, / coincidía con mi edad / el aborto se susurraba entre amigas / y la pregunta milenaria era / qué camino tomar para evitar el miedo. / Entre nuestra generación y la de nuestras madres / un abismo de mutuos prejuicios / bastó para que no decir nunca / las palabras que no debían decirse / fuera el único diálogo posible". La escritora argentina Tamara Kamenszain escribió estos versos, tan de actualidad esta semana, en 2020. Forman parte del poema-libro Chicas en tiempos suspendidos, una maravillosa mezcla de memoria, lírica y ensayo (con guiño incluido a Anne Carson). Eterna Cadencia acaba de distribuirlo en España. Lo publicó en Argentina en junio pasado. Días después murió Kamenszain. Esto es todo por hoy. Gracias por leernos. Más Babelia, todo Babelia, aquí. Si te han enviado este correo y te quieres suscribir a la newsletter, puedes hacerlo aquí. |
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