En algún momento iba a pasar. O, como dice el viejo refrán castellano, "tanto va el cántaro a la fuente...". La nueva película de Wes Anderson, La crónica francesa, que lleva dos años acabada (estaba lista para inaugurar Cannes 2020), llega por fin a las carteleras con una orgía de su estilo simétrico, su minucioso cuidado por la imagen, su detallismo y perfeccionismo a la hora de controlar todo lo que aparece en el cuadro, su (casi) innumerable legión de actores-fans, su particular paleta de colores, su especial sentido del ritmo... y un profundo aburrimiento. Esta vez, en su depuración de estilo, el estadounidense afincado en Francia ha realizado un vacuo ejercicio formal. La crónica francesa es la ilustración de los reportajes que componen el suplemento realizado en Francia de un diario de Kansas (visualmente homenajea al The New Yorker de los años de oro), y eso ha provocado un profundo desequilibrio entre cada historia. Sí, las hay curiosas, e incluso divertidas, pero otras, sinceramente, se atragantan. Y es una pena, casi desolador, ver hundirse así a un filme que en Cannes yo tenía señalado entre mis posibles grandes momentos. A Boyero nunca le gustó el cine de Anderson, así que aquí, con toda la razón, saca el hacha: "En La crónica francesa retorna a los personajes de carne y hueso, aunque tengan el peso emocional del dibujo animado más tonto". Ojalá la nueva película del cineasta, Asteroid City, cuyo rodaje acabó en Chinchón hace justo siete días, devuelva la narrativa a un director que en esta ocasión se ha quedado en ornamental. Pero no hay mal que por bien no venga. Y La crónica francesa me permitió entrevistar, el miércoles, a Alexandre Desplat, uno de los maestros de la música para cine actual. Me fascinan las bandas sonoras, bien como selección de canciones para un filme, bien como partitura compuesta para la ocasión. Y me atraen los trabajos de Trent Reznor, Hildur Guonadóttir, el hace poco fallecido Jóhan Jóhannsson, MIchael Giacchino, Éric Serra, y, obviamente, Alberto Iglesias, que está a la altura (incluso por encima) de algunos de estos nombres (en España, por cierto, hay que estar atentos a los próximos trabajos de Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi). Desplat es el cineasta más perseguido por los cineastas europeos y por el cine indie; creadores como Jacques Audiard, Stephen Frears, Wes Anderson o Guillermo del Toro entienden su cine con él. En videollamada, resultó ser lo prometido: amable, muy educado y pausado, con ciertos momentos de humor. Me contó: "Me siento muy europeo. Pero mis padres [francés y griega] se casaron en Estados Unidos. Me pasé mi juventud escuchando jazz, viendo películas americanas". O "Maurice Jarre explicaba que su trabajo era construir puentes entre él y el director. Me apunto a eso". Hablo con mucho cariño de Iglesias... y, bueno, el resto de la charla la tenéis aquí. Sitges y otros disfrutes Se acabó el festival de Sitges, justo en el momento en que se levantaban las restricciones de aforo y se volvía al 100% del patio de butacas. El certamen ha vuelto a congregar a los fans del cine de terror, fantástico y de ciencia ficción, el jurado se ha vuelto a tragar una enorme sección oficial (38 películas)... Todo sigue igual. Para felicidad de su público. Ganó Lamb, la película seleccionada por Islandia para la carrera al Oscar, que forma parte de un grupo de películas que actualmente están reflexionando de manera muy distinta acerca de la maternidad (tema del que hablaremos la semana que viene). En fin, Sitges siempre es un placer. Como Céline Sciamma. Fallecida Agnès Varda, Sciamma es el referente de cineasta mujer en Europa ("Supongo que aún nos queda un tiempo hasta que haya tantas directoras como para que no seamos excepciones", explica ella). El próximo viernes estrena Petit maman, y una semana después, París, distrito 13, la película de Jacques Audiard que Sciamma ha coescrito, inaugura el festival de cine europeo de Sevilla. Petir maman no juega a la potencia visual y dramática de Tomboy, Girlhood (qué momento el de las chicas bailando Diamonds, de Rihanna) o Retrato de mujer en llamas. Es otra cosa, más pequeña y delicada. "La escribí durante el confinamiento y la rodé en otoño, cerca de donde me crie, a las afueras de París. Por eso tiene ese aire de ensoñación", me contaba en San Sebastián, donde su filme se pudo ver en la sección Perlas. Por cierto, desde hace unos días ya está, por fin, abierto, el Museo del Cine de la Academia de Hollywood, en Los Ángeles. El edificio, en el cruce de las calles de Fairfax y Wilshire, promete convertirse en un nuevo lugar de peregrinación para los amantes del cine y los turistas de la ciudad, a pocos metros del muy concurrido museo LACMA, en un edificio cuyo rediseño inició en 2015 el taller del arquitecto italiano Renzo Piano, que conservó la fachada de estilo modernista de finales de los años treinta. El centro también cuenta con dos salas de exhibición de última tecnología: el teatro David Geffen, con 1.000 butacas, y el Ted Mann, que puede acoger hasta 288 espectadores para proyectar estrenos y ciclos de cine. El edificio, cuenta desde Los Ángeles Luis Pablo Beauregard, alberga ahora miles de objetos que forman la memoria colectiva de los aficionados al cine. Los pequeños zapatos rojos de Dorothy, usados por Judy Garland en El mago de Oz, decoran el centro de una sala, solo a unos metros de la máquina de escribir Olympia donde Joseph Stefano creó el guion de Psicosis. En otro espacio conviven en varias vitrinas el traje de astronauta diseñado por Harry Lange para 2001: odisea en el espacio con la criatura de La forma del agua, la cabeza del personaje de Arnold Schwarzenegger en Terminator, E. T. y otro extraterrestre no tan afable, la cabeza de Alien creada por H. R. Giger. Y una muestra de Almodóvar audiovisual en la que el español ha hecho 12 montajes de los temas que guían el cuerpo de su obra, iniciada en 1980, Un par de cosas importantes antes de llegar a los estrenos:el domingo pasado se celebró el 150 aniversario del nacimiento de Segundo de Chomón, padre junto a Méliès del cine fantástico (hay varios actos preparados por la Filmoteca de Cataluña para conmemorar este cumpleaños; hoy se inaugura la Seminci de Valladolid; hoy también se estrena una película potente en su temática y en su apuesta formal para el cine español (Quién lo impide, de Jonás Trueba) y que a pesar de su duración de 3 horas y 40 minutos es muy recomendable, y está ya en ciernes la Ley del Audiovisual. Mucha atención, porque para el cine español es casi más importante que la propia Ley del Cine, ya que regula la inversión de las televisiones y de las plataformas en la producción audiovisual. Cuidado, que puede ser una trampa. Ojalá los legisladores hayan seguido la normativa francesa, que apuesta por la producción independiente. Estrenos de la semana Aquí vamos con dos lanzamientos. SUPERNOVA. Harry Macqueen A Javier Ocaña no le ha vuelto loco este drama: "Tucci y Firth sostienen así una película pequeña que apuesta por algunos de los grandes temas de conflicto del ser humano: la degradación del cuerpo; el miedo a la enfermedad, más incluso que a la muerte; el legado del amor, y la decisión individual de acabar con la vida antes de que el deterioro acabe con cualquier resquicio de la propia personalidad. Pero expuestos sin gravedad alguna, sin grandilocuencia, gritos ni llantos. También, y he ahí la clave, sin clarividencia ni originalidad, y concediendo demasiados clichés". HALLOWEEN KILLS. David Gordon Green Elsa Fernández-Santos explica sobre esta oportunidad perdida: "Resulta tan excesiva en su despliegue de sangre y nostalgia que por momentos acaba resultando más cercana a la risa que al miedo, algo que no parece casual en una franquicia que después de cuatro décadas parece escorada a la sana autoparodia. Dirigida por David Gordon Green, la película vuelve a contar con la musa de la serie, Jamie Lee Curtis, en el papel de la abuela vengadora que retomó el mando en 2018 con La noche de Halloweeny se cerrará en 2022 con Halloween Ends. La actriz, productora junto al principal creador del fenómeno, John Carpenter, vuelve a meterse en la piel de Laurie Strode en una desquiciada persecución contra el asesino de la máscara, Michael Myers". Un abrazo a todos. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon |
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