| Hay médicas, enfermeros, ingenieros, investigadores, creativos... en resumen, trabajadores españoles por todo el mundo. Se ganan la vida fuera de su país porque en España no encuentran dónde realizar su labor o un salario digno por su esfuerzo. Los medios de comunicación les dedicamos páginas; incluso cineastas como Icíar Bollaín (que vive en Edimburgo por razones familiares) han retratado ese viaje: en 2014 la madrileña realizó el documental En tierra extraña sobre la colonia española en Escocia. Esa nueva ola de inmigración generada por la crisis sistémica en la que vivimos desde 2008 también afecta al cine, por supuesto. En Los Ángeles siempre ha vivido una colonia española, aunque es cierto que con mucha rotación, como advierte un veterano en esa ciudad, F. Javier Gutiérrez, desde los años treinta y los tiempos de Edgar Neville, Luis Buñuel y Conchita Montenegro. Y ahora algunos de esos exiliados laborales logran sacar adelante sus proyectos sin que haya eco de ello en España. Como Chino Moya, curtido en la publicidad, que ha estrenado en EE UU y Reino Unido Undergods, un thriller ambientado en un mundo distópico, rodado con una impresionante colección de actores europeos, y que desde la capital británica asegura: "En España no funciona la meritocracia como sí en el mundo anglosajón". O James Castillo, otro español adoptado en Londres, autor del mediometraje en realidad virtual Madrid Noir, que ya se ha visto en Tribeca y Annency antes de ponerse a la venta en Oculus el jueves que viene. Castillo, de visita en su Madrid natal, ciudad que -obviamente- ha inspirado su filme, asegura: "Entristece que en España no se hagan productos así, y no porque no tengamos artistas, que talento hay. Aquí no se puede construir una producción de tan largo recorrido". O el mismo Gutiérrez, que esta semana ha anunciado la producción de una versión del thriller Angustia, de Bigas Luna: "La experiencia americana es dura, compleja también, y a veces muy frustrante. Pero en conjunto es enriquecedora. No es ni un camino fácil ni para todos", cuenta desde Los Ángeles. Con todos ellos hemos hablado en el reportaje La última generación emigrante del cine español, que publicamos hoy en EL PAÍS. Que exista esa emigración, ese viaje de talentos españoles a todas las partes del mundo, no es negativo. Sí lo es que se deba a que en España esos cineastas no encuentren ninguna posibilidad de levantar sus producciones, por motivos que poco tienen que ver con lo artístico. Aún recuerdo el caso de la actriz y directora Ana Asensio, que tras triunfar en el SXSW de Austin en 2017 con una película soberbia, levantada por ella misma, Most Beautiful Island, luchó por estrenarla en España. Lo logró, pero no con el eco que aquel drama/thriller merecía. Por cierto, es una buena recomendación para el fin de semana, porque está en varias plataformas. Berlinale social El festival de Berlín siempre ha sido un gran escaparate del cine social y de las películas más comprometidas en este aspecto. El cine iraní realizado por cineastas perseguidos, autores de películas rodadas en la clandestinidad, habitualmente encuentra eco en su palmarés. En 2015, el Oso de Oro fue para Taxi Teherán, de Jafar Panahi, que triunfó por encima de la obra maestra de aquella edición, El club, del chileno Pablo Larraín. Panahi está condenado en la misma sentencia que otro grande del audiovisual persa, Mohammad Rasoulof, que, en un curioso paralelismo, ganó la Berlinale de 2020 con otra película rodada en secreto, La vida de los demás (que se estrena en España hoy), por encima de películas soberbias como Days, First Cow o Nunca, casi nunca, a veces, siempre. La vida de los demás se compone de cuatro episodios (uno excepcional, otro estupendo, dos más flojos) que reflexionan sobre la pena de muerte y la posibilidad (o no) de que el ser humano se oponga a las imposiciones del sistema. Muchísimo más interesante ha sido poder charlar esta semana vía Zoom con Rasoulof y hablar con él de Hannah Arendt o del fascismo que aplasta su país. Entre otras cuestiones, apuntaba: "Ninguno de mis filmes es político, sino que se enmarcan en la crítica social. Yo no hablo del régimen, sino del impacto de sus decisiones en la gente de la calle, y por eso no me interesan las alegorías, tan habituales entre mis compatriotas cineastas". En Irán acaban de celebrarse elecciones presidenciales, que provocaban esta reflexión del director: "Llevo años sin esperanza. No habrá un cambio desde el poder. Ni siquiera he seguido mucho la campaña, porque el Gobierno sencillamente maniobra hacia el fascismo". Una semana movidita Para quienes sigan el cine desde su vertiente industrial, la semana está siendo de aúpa: la productora Amblin, o lo que es lo mismo, su dueño Steven Spielberg, ha firmado un acuerdo para proporcionar varias películas (no sabe cuántas) durante varios años (tampoco se sabe cuántos) con Netflix. Amblin ya tiene un acuerdo de larga duración con Universal, y uno no condiciona el otro. Para el contexto: en 2019 hubo un rumor, negado por el cineasta, que aseguraba que había defendido ante la junta de gobierno de la academia de Hollywood la prohibición de que películas de plataformas que no hubieran sido estrenadas en una gran pantalla participaran en los Oscar. Más terremotos: el festival de cine de San Sebastián ha eliminado la distinción de sexo en sus premios de actuación, siguiendo la línea ya puesta en práctica en la Berlinale y anunciada para su próxima edición por el certamen de Huelva. Y la medida ha levantado un interesante debate: ¿se premia así el trabajo por encima del sexo de los intérpretes... o se diluye el eco de la labor de las actrices, cuando las mujeres aún sufren discriminación en el audiovisual? Más: Madres paralelas, la nueva película de Pedro Almodóvar, se estrenará el 10 de septiembre para animar la vuelta a las salas, aducen desde la productora. Eso significa que el cineasta está realizando la posproducción más rápida de su carrera... y que Madres paralelas huele a participante en Venecia, festival que arranca el 1 de septiembre y donde Almodóvar ya ha recibido el León de Oro de Honor. El pasado martes el Consejo de Ministros puso en marcha el anteproyecto de la reforma de la ley de Patrimonio Histórico. La actualización pretende "prevenir, combatir y sancionar con mayor eficacia las prácticas de expolio", y la adaptación de la legislación nacional de una decena de tratados de la Unesco y otros organismos que España ha suscrito en las tres últimas décadas.Y, para nuestros intereses, entra en la salvaguarda del patrimonio audiovisual y cinematográfico, al ampliar el concepto de patrimonio reconociendo el industrial (hasta ahora se contemplaba en un plan nacional de 2001). Cultura saldará asimismo una deuda pendiente con la Filmoteca Española, que recibe la consideración de archivo y como tal está protegido como bien de interés cultural. Muy interesante esta idea de Judith Colell, nueva presidenta de la Academia catalana de cine: "Nuestro modelo de cine no es el francés, es el danés". Así lucha porque el espectador valore más las producciones locales. La última noticia, de esta misma mañana: la creación en España de la productora y distribuidora Elástica Films, que lidera Enrique Costa, procedente de Avalon, y que como primera película anuncia ya el estreno de Annette, el musical de Leos Carax con Adam Driver y Marion Cotillard que inaugura Cannes el 6 de julio. A los que les interese el cine desde la visión artística. Empezamos con un deseo: ojalá Operación Camarón, el primer gran lanzamiento de Telecinco pospandemia -tras ser la primera película en retirarse de los estrenos días antes del confinamiento en 2020-, sirva para que la gente conozca más y mejor a Carlos Librado, Nene, excelente actor y monologuista cómico autor de su propio material. Anoche se anunciaron, con muchísima antelación porque se entregarán el próximo 15 de enero, los Oscar de Honor 2022, que serán para los actores Samuel L. Jackson y Liv Ullmann y la guionista Elaine May. Irreprochables. Además, Danny Glover recibirá el premio Jean Hersholt por su labor humanitaria. Y acabamos con las memorias de Sharon Stone, en realidad con la promocion de Stone de su autobiografía The Beauty of Living Twice. En una entrevista, una periodista le dijo: "Así que cuando finalmente lograste trabajar con Meryl Streep, te diste cuenta de que...". Stone la cortó y le espetó: "Me gusta el modo en el que has construido la frase, que finalmente pude trabajar con Meryl Streep. No has dicho 'Meryl finalmente consiguió trabajar con Sharon Stone'. Ni que finalmente pudimos trabajar juntas". A lo que siguió: "Este negocio está estructurado para que todos envidiemos y admiremos a Meryl porque solo Meryl ha logrado ser la buena. Y todo el mundo tiene que competir contra Meryl. Creo que es una mujer y una actriz maravillosa pero, en mi opinión, de forma bastante franca, hay otras actrices igual de talentosas que Meryl Streep. Toda la iconografía de Meryl Streep es parte de lo que Hollywood le hace a las mujeres". Mi opinión: Stone lleva razón. En su siguiente respuesta está la clave: "Yo hago mucho mejor de villana que Meryl y estoy segura de que ella misma lo diría. Meryl no lo habría hecho bien en Instinto Básico o en Casino. Yo lo hice mejor. Y lo sé. Y ella lo sabe. Pero todos estamos programados para pensar que solo Meryl...". Hace unos años, entrevisté a Viola Davis por Criadas y señoras, y me dijo (algo que por cierto soltaba en todas las entrevistas): "Me encantaría encarnar a una mujer que no encajara en el molde que hay en Hollywood para mujeres como yo. Quiero hacer algo con carácter fuerte o sexy. Y por eso debo empezar a producir, a controlar el material. Aspiro a posiciones como la de Meryl Streep: he estado décadas en el teatro, estoy doctorada allí, creo que tengo las herramientas necesarias, técnicamente hablando".Otra actriz arrasada por el mito Streep. Recomendaciones Permíteme tres recomendaciones muy muy eclécticas. La primera es un libro, Harold y Maude, de 1971, de Colin Higgins, que ahora edita Capitán Swing en España. Esta novela corta fue la base de una maravillosa tragicomedia de Hal Ashby, uno de esos cineastas impresionantes (punta de lanza del Nuevo Hollywood) que las nuevas generaciones desconocen. Hoy se hace complicado que Hollywood produjera una película similar. Con la segunda entro en el terreno de Quinta temporada (sí, la semana pasada también me permití cruzar a lo loco esta frontera): la miniserie La historia de Lisey, la primera vez que Stephen King se adapta a sí mismo para la pequeña pantalla, y que ha dirigido Pablo Larraín (segunda mención hoy al chileno). Solo una apunte: Larraín no tiene trabajo malo, ni siquiera mediocre. Y ahora se ha embarcado en un biopic sobre Lady Di, al estilo del que hizo, con otro mito del siglo XX, en Jackie. La tercera es una película española, Lucas, de Álex Montoya, un trabajador a destajo del audiovisual, notable cortometrajista desde 2002, que ya hizo una especie de presentacíón de esta historia en 2012 en un corto homónimo, y que debutó en el largo con la inteligente Asamblea (2019). Lucas es un drama inteligente, adulto, sobre la búsqueda de la identidad en la adolescencia, y que habla de pedofilia y pederastia. Javier Ocaña, en su crítica, afirma: "El guion nunca es arquetípico, está dominado por el pudor y por las elipsis, por la sutileza y por la huida del morbo, y a pesar de ello, por una honestidad brutal". Entre los estrenos de la semana, además del mencionado Lucas, me detengo en estos tres: LA VIDA DE LOS DEMÁS. Mohammad Rasoulof Elsa Fernández-Santos explica: "No hay humor negro en la película del iraní Mohammad Rasoulof, un drama que arranca con enorme tensión y crudeza, golpeando al espectador con la mecánica rutina de un funcionario de prisiones. La espesa grisura con la que Rasoulof retrata una jornada cualquiera del funcionario —su familia, sus horarios, el interminable tráfico de Teherán— planea sobre una película que abiertamente defiende la insumisión dentro de un régimen que impone a sus soldados rasos participar de su infierno". OPERACIÓN CAMARÓN. Carlos Therón Escribe Javier Ocaña: "Hay credibilidad de los ambientes, del lenguaje ("¡Es granaíno, una malafollá que no te la acabas…!") y de los matices jocosos de un amplísimo grupo de personajes que aglutina a policías, canis, quinquis y lugareños alrededor del trapicheo de la droga. Y, por supuesto, hay formidables interpretaciones, con un plantel donde todos están perfectos, pero con dos menciones especiales: la revelación cómica de Carlos Librado, madrileño que parece del mismo San Fernando, y la espectacular variedad de matices que debe dar ese portento que es Julián López: de la timidez a la simpatía, de la torpeza al ímpetu, de la ternura a la borrachera". ENVIDIA SANA. Daniel Cohen
Hoy acabamos con palabras del maestro Carlos Boyero, que ha ido a ver esta comedia francesa: "El tema se presta a la perversión, a reflexiones nada amables sobre la condición humana. Habla del éxito y de las patéticas consecuencias que este puede tener en la relación con los que se consideraban íntimos amigos, de algo tan mezquino como humano llamado envidia". Hasta el próximo viernes que se falla el Premio Nacional de Cinematografía, un abrazo. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon Como recibes este boletín, creemos que también te puede gustar la newsletter de Televisión de EL PAÍS. Cada jueves, la actualidad, las novedades y las recomendaciones de series de Natalia Marcos. Puedes apuntarte aquí para recibirla en tu correo. |
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