| ¡Saludos! Hoy en el boletín semanal de Materia hablamos de dientes, de la humanidad como una tarta milhojas y de que si nos fijamos en los premios, la ciencia es mentira, como canta Triángulo de Amor Bizarro.
- Si te han enviado este boletín y te quieres suscribir, puedes hacerlo ahora apuntándote aquí 📬
1. 🦷 El fósil 'eureka'
Cuando estábamos confinados por la pandemia, nos preguntábamos si saldríamos más humanos. Y así ha sido, por lo menos en términos cuantitativos. Porque solo esta semana se han sumado dos homos más a la historia de la humanidad: el Homo de Nesher Ramla, y el Homo longi. Este último tiene un nombre artístico bastante más molón, el hombre dragón, y encima está cachas, según los paleoartistas (ver abajo). Estas dos poblaciones, encontradas en Israel y en China, emparentadas con sapiens y neandertales (recuerda: neaNdeRtales) conforman dos capas más de una tarta milhojas de lo que fueron aquellos albores, sobre todo en Oriente Medio. Lo explica así María Martinón-Torres, directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, y coautora del estudio de Science sobre el hallazgo de Nesher Ramla: "Esto es lo que llamamos un fósil eureka. Este hallazgo nos muestra que el origen de los neandertales no está en Europa, sino en Oriente Próximo. Esta era la población madre que generó después poblaciones hijas tanto en Europa, con los neandertales clásicos, como en Asia, con los denisovanos". Este gráfico que publica Science ilustra bastante bien esa superposición de especies que se encontraban y cruzaban, con la zona oriental del Mediterráneo como puente entre ellas. El experto Antonio Rosas, del CSIC, no cree que los neandertales surgieran allí, sino que su ámbito geográfico era amplio: "Es como si de repente dejasen participar en Eurovisión a un país nuevo", le dijo a mi compañero Nuño Domínguez, en una nueva muestra de que los paleontólogos son tan buenos con las metáforas como con los huesos. Martinón-Torres estuvo esta semana (un lujo) conmigo y con mi jefa, Patricia Fernández de Lis, en nuestro taller de periodismo científico y dejó varias perlas para el alumnado, alguna digna de la Pantoja y su mítico "¡Dientes, dientes!". ¿Por qué? Porque esa es su especialidad y suele ser la llave con la que se adentran en la vida de aquellas personas. "¡Benditos dientes! Son la economía de la información: en milímetros cuadrados tienes muchísimos datos muy bien conservados", contó en el taller. En el noreste de China se halló un cráneo fósil: se trataba de un hombre de unos 50 años, alto y fuerte, con rasgos primitivos y modernos, y con una de las seseras más grandes que se conocen en el género humano (con un cerebro que podría ser un 7% mayor que el nuestro). Este hombre dragón sería, según los autores del hallazgo, una especie nueva incluso más cercana a los sapiens que los neandertales. Al ponerle en contexto, ponemos también "un nuevo clavo en el ataúd de esa teoría que ve en el Homo sapiens una especie única y elegida, pues indica que hace unos 200.000 años había en la Tierra siete especies humanas diferentes que en ocasiones compartían hábitat e incluso tenían sexo e hijos", escribe Nuño. Los sapiens, neandertales, Homo daliensis, Homo erectus, el hombre de flores, el de Luzón y esta nueva, según el paleontólogo Chris Stringer, investigador del Museo de Historia Natural de Londres. Como ves, ahora ya somos más humanos que antes de la pandemia. Aunque queden muchos debates abiertos. 2. 🏅 Premios pandémicos
El miércoles le concedieron el Princesa de Asturias de Investigación a un puñado de científicos (Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Uğur Şahin, Özlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert) por las investigaciones que han permitido el desarrollo de las vacunas contra la covid. La foto de esas siete personas apretadas suscita un debate recurrente con los premios científicos: cada vez tiene menos sentido dárselo a las personitas individuales, porque la ciencia es un trabajo colectivo. Karikó, Gilbert y los demás se merecen ese premio y mucho más (yo les estaría invitando a cañas hasta 2022), pero ¿por qué a siete, y no a ocho o a nueve? Solo el citadísimo paper sobre la vacuna de Pfizer tiene una treintena de firmantes (en New England Journal of Medicine). No hay deporte de equipo más de equipo que la ciencia, como recordaba Ed Yong en este artículo en el que criticaba el "absurdo" de ceñir los premios Nobel a un máximo de tres personas. Lo escribió después de que le dieran el galardón de Física a tres señores de renombre por un logro —el de la detección de las ondas gravitacionales— que al publicarse necesitó de tres páginas para incluir los nombres de todas las personas que firmaban el estudio. Uno de los papers del bosón de Higgs contó con más de 5.000 firmas. Al premiar a un grupito minúsculo de personas estamos contando una historia falsa. Por ejemplo, Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna merecían el Nobel de Química por desarrollar la herramienta de edición genómica CRISPR/Cas9. Pero no lo hubieran logrado sin que el español Francis Mojica descubriera esta arma en unos microorganismos de las salinas de Santa Pola. Lo de Mojica no es nacionalismo científico, te lo aseguro; sin Charpentier y Doudna no le conoceríamos. Pero es otro ejemplo más de que al ponerle la medalla a un par de personas —y no al logro— el relato de lo que realmente sucedió, y de cómo funciona la ciencia, puede quedar completamente trastocado. Así, por ejemplo, se sacó a muchas científicas de la historia. Si reconociéramos los logros colectivos, porque es así como se construye la ciencia, aprenderíamos más sobre la chicha del asunto. Y sería también más fácil derribar esas estatuas (metafóricas o no) cuando tenemos la sensación de habernos equivocado en el pasado. Sería más fácil retirar el Nobel de Medicina a la invención de la lobotomía, por poner un ejemplo, que quitarle ahora la medalla a los herederos de António Egas Moniz (lo siento, Portugal). 3. ☄️ Apuntes estelares
Tres noticias chulas desde el espacio: - Más de 257 personas con discapacidad se han postulado para ser los primeros parastronautas de la historia. He visto a alguna gente rabiar por esta noticia y, francamente, es muy triste.
- Se ha detectado un gigantesco cometa, de hasta 300 kilómetros de largo, surcando el Sistema Solar. Se acercará a la órbita de Saturno en 2031.
- La Tierra ha podido ser observada desde 1.715 estrellas cercanas durante los últimos 5.000 años. Si hubiera alguien mirando, claro, que a veces nos ponemos egocéntricos.
💫 Gabinete de maravillas - Un desmentido: Las compañeras de Maldita Ciencia nos explican que los testículos no sirven para saborear las cosas, un bulo que circulaba por redes, y no podemos ser más felices con este tema y con esa imagen que eligieron para ilustrarlo.
- Un coloso: Esta familia de rinocerontes gigantes eran más altos que las jirafas, cuatro veces más pesados que los elefantes africanos y se extinguieron hace 16 millones de años. Me encantó descubrir, al preparar la noticia, que además inspiraron los famosos blindados cuadrúpedos del Imperio en La guerra de las galaxias.
- Una colección: De libros para la gente pequeña de la casa. Los títulos de Científicamente (Santillana) son muy chulos, muy entretenidos y hacen una divulgación infantil de primera. Lo sé porque he podido leerme tres y me han gustado mucho.
- Una escena: En el primer capítulo de la docuserie Los secretos de las ballenas (Disney+), una orca empuja por los mares durante semanas a su cría muerta, sin abandonarla un instante, en una escena estremecedora. También merece la pena ver cómo una orca enseña a sus nietas los trucos para cazar focas en la orilla, un secreto cultural que no comparten con extraños.
- Un libro: La automatización de la desigualdad, de Virgina Eubanks (Capitán Swing). De cómo los centinelas de la información y el capitalismo de los datos pueden (y logran) exprimir, castigar y arrinconar a las clases trabajadoras y pobres. Es en EE UU, pero ojo.
- Un evento: El día 29 de junio puedes asistir online (si no estás en Bilbao) a unas conferencias sobre el Orgullo en la ciencia, con un cartel de primera.
- Una frase: De Elena Ceballos, física y experta en océanos de la Universidad de Sevilla, en una entrevista que le hicimos: "Sin azul no hay verde". Dicho así suena bonito, pero en su respuesta completa se entiende mejor la importancia: "Los océanos son los pulmones de la Tierra, sobre todo la zona crepuscular porque es la zona más vasta. Y la bomba biológica de carbono es un componente fundamental de ciclo del carbono oceánico y también del terrestre, ya que está retirando grandes cantidades de CO₂ de la atmósfera. Sin azul no hay verde".
🧛🏼♂️ Lo que hacemos en las sombras
- Hoy sábado hemos publicado un reportaje sobre la primera derrota del ARN y el domingo daremos otro sobre el enigma del alzhéimer: por qué cae su incidencia sin que exista ningún fármaco.
- Desde hace unas semanas, mi compañero Jordi Pérez Colomé está enviando un boletín de tecnología tan original como divertido, y con mucho discurso de fondo. Te recomiendo que te apuntes aquí para recibirlo en tu correo cada viernes.
- El martes le dimos una sorpresa a Nuño en su sección del Hoy por hoy de la SER.
¿Nos ayudas? Reenvía este boletín a tus contactos o diles que se apunten aquí. Puedes escribirme con ideas, comentarios y sugerencias a mi correo, javier@esmateria.com, o a mi cuenta de Twitter: @javisalas. |
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.