Despedir a un niño y esquivar chatarra

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Sábado, 8 de mayo de 2021 Javier Salas Recreación artística de la tumba del niño Mtoto. / FERNANDO FUEYO ¡Saludos! Hoy en el boletín semanal de Materia te escribo sobre enterramientos prehistóricos y chatarra estelar dando vueltas sin razón ni dueño, como canta La Prohibida.  Si te han enviado este boletín y te quieres suscribir, puedes hacerlo ahora apuntándote aquí 📬 1. 👶🏾 Despedir a un niño "Fue como excavar el fantasma de un niño, la sombra de sus huesos", explica la paleoantropóloga María Martinón. Su disciplina, dedicada a descubrir los secretos de la evolución humana, proporciona cada semana descubrimientos impactantes, pero sobre todo mucha poesía. Hablamos del enterramiento más antiguo de África, cuando hace 78.000 años colocaron a un pequeño de tres años (al que los científicos llamaron Mtoto, "el niño" en suajili), en posición flexionada, recostado sobre su lado derecho, probablemente con una almohada, y envuelto en un sudario de hojas o pieles para despedirse de él. Un hallazgo que vale la portada de la revista Nature, nada menos. Martinón escribió un precioso texto en nuestras páginas: "La necesidad de despedirse de los que fallecen es una forma de perpetuar nuestro vínculo con ellos, de alargar su presencia entre nosotros incluso cuando la biología los abandona. Un no querer soltarles la mano. Seguimos siendo alguien después de muertos. También los fósiles siguen siendo alguien. Confieso una emoción intacta y mucho vértigo cada vez que estudio uno". Reconstrucción de la posición de los restos del niño Mtoto en el enterramiento. / JORGE GONZÁLEZ/ELENA SANTOS Esta historia me resulta conmovedora porque mi hijo pequeño tiene tres años, los que tenía Mtoto, pero también por la capacidad de científicas como Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, para hacer que sintamos la importancia de sus hallazgos, porque nos hablan de lo que significa ser humano. En Nature han publicado este mapa estupendo de los enterramientos más antiguos. Días atrás, tuvimos noticia del hallazgo de una momia embarazada. El feto que crecía en su útero se dejó intacto dentro de la mujer. Y de nuevo surgen más preguntas sobre el sentido de la muerte, planteadas por el arqueólogo Wojciech Ejsmond: "¿Cuál era el estatus de un niño no nacido en la religión del Antiguo Egipto? ¿Tenía alma? ¿Iba al otro mundo? ¿Era parte de su madre o era un ser independiente? ¿Por qué los antiguos embalsamadores no separaban al niño de la mujer?". 2. 🛰 Esquivar chatarra espacial A los irreductibles galos solo les asustaba que el cielo cayera sobre sus cabezas. Hoy cabe la posibilidad de que mientras lees estas líneas caiga un trozo de nave china en tu calle. El cohete Larga Marcha 5B tiene menos de tres papeletas de entre mil de caer en algún punto de España (muchísimas menos en una zona habitada), pero ya son más de que se cumpliera el temor de Astérix y Obélix. Contábamos la semana pasada que China lanzó al espacio el primer módulo de su futura estación espacial y ahora el cohete cae sin control sobre la Tierra. Al parecer, los chinos nunca han sido muy cuidadosos con estas cosas y esa dejadez puede causar algún susto. Larga Marcha, peligrosa caída. / Guo Wenbin/AP Es otro incidente que nos recuerda que estamos llenando el cielo de cosas. La carrera espacial ahora es multinacional y cuenta con todo tipo de actores estatales y privados lanzando satélites, sondas, naves, estaciones y demás. Elon Musk es un personaje principal en esta historia. Hace dos semanas, la tripulación de su Dragon tuvo que ponerse los trajes y desviar el rumbo por el riesgo de impacto de chatarra espacial. El jueves consiguió que una de sus Starship aterrizara limpiamente tras surcar los cielos, un modelo eficiente que evita tener cohetes desintegrándose contra la atmósfera. Pero Musk, que quiere ponernos internet en la España rural (y en todo el mundo), no tiene problemas con llenar la órbita terrestre con un enjambre de 42.000 satélites que incluso entorpecen la observación espacial. El Observatorio de Calar Alto, en Almería, fue testigo de todo esto en una sola noche. Primero, un vídeo espectacular de la reentrada del cohete Falcon9 de Space X, otra de las naves de Musk. Y horas después apareció una ristra de sus satélites Starlink surcando los cielos. La basura espacial es un problema importante y ya se toman medidas: la Agencia Espacial Europea lanzará en 2025 su misión para recogerla. Se planea el desarrollo de basureros espaciales, como un cohete que se come la chatarra. En el Observatorio del Teide se prueba un sistema para seguir, y quizá desintegrar, esos trozos de material con un láser. 3. ⌛️ Regreso al pasado Primera página del 1 de mayo de 2001, con Tito ya en el espacio, y noticia de primera el 5 de mayo de 2001. Se cumplen dos décadas desde la primera vez se aceptó un turista en la Estación Espacial Internacional (ISS). Ese hito añadía un nuevo requisito que permitía viajar a la órbita terrestre: estar forrado. El californiano Dennis Tito pagó "3.700 millones de pesetas" (unos 15 millones de euros) a la agencia rusa Roscosmos por pasar una semana en su parte de la ISS, porque la NASA se oponía frontalmente y trató de evitar el viaje a toda costa (ahora ya lo vería con buenos ojos). Finalmente, los estadounidenses permitieron a Tito flotar por su parte de la nave. En esa década, siete turistas hicieron valer sus chequeras para sentirse astronautas. A su vuelta, Tito demostró que no estaba hecho para las frases históricas: "Vengo del paraíso". Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos, ha anunciado que subastará un pasaje para su estreno del 20 de julio. La competencia, Virgin Galactic, cobrará 250.000 dólares por asiento en este tipo de vuelo suborbital, que no es lo mismo que hospedarse en la ISS. También hace veinte años, se colaba un impactante titular en la primera página de EL PAÍS: "Científicos de EE UU anuncian el nacimiento de bebés 'genéticamente modificados". La noticia la firmaba Javier Sampedro, el periodista que mata moscas con números viejos de Cell. Le pregunté ayer por esa polémica historia y me lo resume así: "No es lo que hoy llamaríamos una modificación genética, aunque técnicamente lo sea". 💫 Gabinete de maravillas Felices los cuatro. / Casa Blanca/AP Unos miniCarter: Una de las fotos más comentadas de la semana, la que se hicieron los Biden con los Carter, que parecían sus marionetas. La culpa es del angular de la cámara. Un reportaje: Si habla de ciencia ficción y de The Rocky Horror Picture Show, a mí me ha ganado. Un libro: ¿Por qué nadamos? (GeoPlaneta), de Bonnie Tsui, es un maravilloso repaso a la relación de la humanidad con el agua, desde la paleontología de los primeros buceadores a la fisiología de las culturas nadadoras. Un ornitorrinco: En este reportaje cuentan todo lo que este raro animal —mamífero, venenoso y que pone huevos— explica sobre nuestros orígenes (en inglés). Un documental: Más allá de las estrellas. Fotografiando un agujero negro se centra en el papel clave que tuvo España —y en concreto el imponente radiotelescopio milimétrico IRAM en la cima del pico Veleta— para conseguir la primera imagen de un agujero negro. "El documental ilustra cómo funciona el estudio de los aspectos más desconocidos del universo y menciona algunos de sus mayores problemas, como la dificultad que vivieron muchas mujeres para ver sus logros reconocidos en el pasado", explica mi compañero Nuño Domínguez para recomendarlo. Un puñado de patitos: Cuatro matemáticos demuestran que era imposible predecir el destino de 29.000 patitos de goma en el mar. Una flamenca: En la serie documental La vida a todo color, con David Attenborough —entre muchas escenas tan fascinantes como vistosas— nos muestran a una hembra de flamenco que pierde el rosa chillón de su plumaje y se queda completamente blanca del esfuerzo de criar a su retoño, algo que puedo entender perfectamente. Mi compañera Natalia Marcos hizo un estupendo recorrido de los trabajos de Attenborough, que hoy cumple 95 años, en su newsletter de tele. Una nube islandesa: Que oculta algo debajo. Un meme: la viñeta de XKCD hizo un divertido repaso de los distintos tipos de estudios científicos y la cosa ha explotado en redes. Cada disciplina científica ha creado su propio muestrario de topicazos del ramo. También los hay reivindicativos. The Atlantic destacó el impacto de este meme (en inglés) y Daniel Gayo-Avello los está recopilando todos (camino de las 300 versiones). Una frase: De la sismóloga Lucy Jones en su libro Desastres (Capitán Swing), un espléndido análisis sobre cómo terremotos, inundaciones y volcanes han moldeado nuestra historia: "La ciencia solo funciona cuando sus practicantes tienen libertad para sostener opiniones enfrentadas". 🧛🏼‍♂️ Lo que hacemos en las sombras Hoy sábado publicamos un reportaje sobre las divisas de la Edad de Bronce y el domingo una bonita historia de jardineros submarinos. Lo de Sampedro: Se nos acabó. Javier deja de escribir para nosotros su resumen-científico-semanal de los sábados, que generalmente giraban en torno al coronavirus. En este último año, Sampedro se ha escrito 239 columnas pandémicas y merece un descanso. Pero no se lo vamos a dar: escribirá una tribuna cada domingo en el periódico. No os perdáis la newsletter que preparan en la sección de Clima y medio ambiente, con toda la actualidad medioambiental. Llega cada miércoles y puedes apuntarte aquí para recibirla en tu correo. ¿Nos ayudas? Reenvía este boletín a tus contactos o diles que se apunten aquí. Puedes escribirme con ideas, comentarios y sugerencias a mi correo, javier@esmateria.com, o a mi cuenta de Twitter: @javisalas. Ya somos más de 100.000 suscriptores digitales. Únete a nosotros para leer sin límites todos nuestros contenidos y para ayudarnos a seguir haciendo el mejor periodismo. SUSCRÍBETE POR 1 € Gracias por leernos Apúntate a otras newsletters de EL PAÍS Publicidad Has recibido esta comunicación porque has solicitado recibir la newsletter de Materia. 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