Hace una década, los rumores apuntaban a que algún estudio de Hollywood (una major, vamos) podría comprar una plataforma digital. Esta semana ha ocurrido, pero al revés: Amazon ha comprado MGM. Que es cierto que tras ser la major emblemática del Hollywood dorado ("Más estrellas que en el cielo", se publicitaba), ha pasado décadas dando tumbos. En una de esas vueltas, se fusionó con United Artists, que a su vez tenía un acuerdo de distribución con Eon, la productora de la saga Bond, y por eso MGM es la distribuidora de 007. En otra vuelta, en 1985, lo adquirió Ted Turner, y cogió todo su ingente archivo y lo trasladó a sus canales cinematográficos. Por eso, Amazon compra un estudio sin cine de más allá de 1986 (esas películas son hoy de WarnerMedia) pero con distintas ramificaciones en el ocio actual, y con los derechos de Bond (por cierto, Sin tiempo para morir, la nueva entrega, se estrena el 8 de octubre, y Barbara Broccoli, la megajefa de Eon, ha dejado claro que se hará en la gran pantalla). El terremoto ha coincidido con el inicio de la fusión entre WarnerMedia (conglomerado nacido de TimeWarner), que su propietaria, la empresa de telecomunicaciones AT&T ha desgajado de su matriz, y Discovery, poderosa firma de creación de contenidos para televisión. Y se reduce, casi a la fuerza, a la mitad la ventana de exhibición en EE UU. De los 90 días que antes transcurrían entre un estreno en sala y su lanzamiento en otro formato, se están llegando a acuerdos entre productoras y cadenas de cine para 45 días. Es la guerra de las plataformas, y la víctima colateral son las salas, un enfrentamiento que también estamos viviendo en España. Hollywood siempre ha sido reflejo de sus tiempos, desde sus inicios, cuando los estudios los montaron hombres de negocios que venían de salas de vodevil, a momentos más recientes: Sony, gigante japonés de la tecnología, compró Columbia (y durante un tiempo MGM); AT&T, telefonía, compró TimeWarner... Pero ahora empieza un ulterior movimiento: ¿y si lo que entendemos por Hollywood está muerto? Los Oscar son globales (ahí está Parásitos), los estudios ya no mandan y las salas cierran... En cambio los festivales siguen. Como Documenta Madrid, que dedica el ciclo Diferentes versiones del mismo sol a los cineastas Djibril Diop Mambéty, pionero del cine africano, y a su sobrina Mati Diop, que triunfó en Cannes con su Atlantique. En las películas de ambos aparece la necesidad de cambiar de vida y a menudo los personajes aparecen insertos en escenarios tratados con un aire documental; el uso de la música es característico en la obra de los dos: Wasis Diop, el padre de Mati, es el músico habitual de las películas de su hermano. Merece la pena escuchar el eco mutuo en el cine de dos generaciones. Pulsión por contar historias Acabo este recorrido de la semana con el actor Ricardo Gómez. Como Daniel Radcliffe, como Robert Pattinson, Gómez siempre estará ligado a un producto audiovisual, en su caso fue el Carlitos de la serie Cuéntame cómo pasó. "Cada uno vive en industrias distintas. La apuesta salvaje de Pattinson por el indie no sé si yo la puedo afrontar. Aunque es obvio que será difícil que vuelva a encarnar al hijo bueno de una familia española en la Transición", cuenta. Gómez ha seguido adelante, y sin renunciar a ese poderoso pasado, se está labrando un futuro muy distinto: esta semana ha estrenado en cine Mía y Moi y en teatro El hombre almohada. Y en ese futuro, puede que entre la dirección: "Me gustaría verme ahí dentro de unos años. Me encanta interpretar, nunca lo dejaré... y a la vez está esa pulsión de contar mis propias historias. Son muchos años adoptando el punto de vista de otra gente. Y me toca mostrar el mío". Mucha suerte. Entre los estrenos de la semana, me detengo en estos tres: CRUELLA. Craig Gillespie Dice Elsa Fernández-Santos: "Cruella reclama su lugar propio en la genealogía del personaje y para ello viaja a sus raíces de fashion victim en el Londres de los años ochenta. Con la propia Glenn Close entre sus productores, la película de Craig Gillespie ofrece una aventura bastante entretenida que lleva al personaje de Disney a un mundo donde Dickens desfila por una pasarela de moda". UNO DE NOSOTROS. Thomas Bezucha Según Javier Ocaña, "el título es malo y el póster, espantoso, pero la película es estupenda: un wéstern clásico con un toque crepuscular, ambientado no en el lejano Oeste del siglo XIX sino en los más cercanos años cincuenta del XX. Con caballos, rifles y pistolas; violencia, familia y conquista; paisaje natural y dolor humano; crueldad, desgarro y fidelidad; decencia y corrupción; y, cómo no, indios". Y con Kevin Costner y Diane Lane como matrimonio, rol que ya han interpretado anteriormente, ¿verdad? UN AÑO DE FURIA. Rafa Russo Ocaña explica: "Más que digno acercamiento al cine político, con marcados matices melodramáticos, ambientado en el Uruguay inmediatamente anterior al golpe de Estado militar del verano de 1973". La semana que viene escribiré desde Málaga, desde el festival de cine en español, porque el jueves arranca su 24ª edición. Hasta entonces, un abrazo para todos. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon |
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