La televisión del año 2 de la pandemia Por Natalia Marcos Pocos imaginaban en marzo de 2020 que casi un año después la pandemia seguiría tan presente en nuestras vidas, que el dichoso bicho sería tan difícil de doblegar. La televisión se tuvo que adaptar muy rápido a las nuevas circunstancias y ahora afronta el año 2 de la pandemia resignada a vivir en una nueva normalidad sin apenas público en los platós y con unos protocolos muy exigentes. Dos televisiones públicas europeas han tomado medidas para tratar de paliar, en la medida de lo posible, el agotamiento de los espectadores por la prolongación de la pandemia. La radiotelevisión pública belga procurará que, en sus informativos, las noticias relacionadas con la covid-19 y sus efectos no sobrepasen el 50% del espacio total. Mientras, la televisión pública francesa lanza en febrero un canal cultural para tratar de paliar el parón que vive el sector por el cierre de los locales. La decisión de la televisión belga viene después de recibir decenas de mensajes de los televidentes quejándose por el exceso de información sobre la pandemia. La ciencia parece dar la razón a esas quejas. Una investigación de la Universidad de California publicada en mayo de 2020 en la revista Health Psychology, de la Asociación Americana de Psicología, apuntaba que el consumo excesivo de noticias puede aumentar la ansiedad y el estrés. Dana R. Garfin, coautora del estudio, aseguraba que la sobreexposición mediática puede suponer "una amenaza para la salud" porque incrementa la sensación del riesgo y el estrés con secuelas que pueden perdurar en el tiempo. Estar informados, bien; estar saturados de información, mal. En cuanto a las series, en un año normal este sería el momento en el que la temporada de pilotos se pondría en marcha. Sin embargo, este no es un año normal, y todo ese mecanismo se ha visto alterado por el nuevo ecosistema. En The Hollywood Reporter están repasando los pilotos en marcha (los capítulos con los que las cadenas en abierto deciden si dan luz verde a la serie o no) y aquellas series que cada canal tiene pendientes de grabar o de estrenar y que arrastra del año pasado. Entre las tendencias de las series en las que se está trabajando destacan factores derivados directamente de los tiempos que vivimos: ni distopías ni historias deprimentes, ni escenas con multitudes ni producciones caras. Es lógico: para drama trágico y distópico ya tenemos la realidad. No necesitamos más conspiraciones ni mundos siniestros, si podemos evitarlo. Todo apunta a que en los próximos meses tendremos una buena remesa de series amables que inviten al escapismo. Otro punto que se tendrá en cuenta esta temporada a la hora de poner en marcha nuevas producciones es que muchas historias a las que las cadenas dieron su visto bueno hace algo más de un año siguen sin rodarse o sin ver emitirse, lo que hará más complicado incorporar novedades. Además, las limitaciones en la producción también condicionarán las historias que los canales estarán dispuestos a desarrollar. Lo que estoy viendo Me ha gustado mucho el segundo episodio especial de Euphoria (HBO España). Se centra en el personaje de Jules, a la que por fin conocemos sin artificio, tal como es, desnudando su alma en una sesión de terapia. Y también me ha gustado lo que ha escrito Noelia Ramírez sobre ese episodio. Tanto el capítulo de Rue como el de Jules han sido muy introspectivos, muy centrados en los personajes y, en la línea de este drama adolescente, aprovechan muy bien los aspectos formales para subrayar lo que cuentan. Qué ganas de una nueva temporada de Euphoria. En estos días también terminé la tercera temporada de Cobra Kai (Netflix). Ya os dije que había retomado la serie a finales de 2020 y ahora sé que ha sido una de las mejores decisiones que tomé en la recta final del año. Ver uno o dos capítulos antes de irme a dormir tenían un efecto reconfortante y tranquilizador en mí. Mejor cuanto más se acerca a la comedia y más se aleja del drama. En el equipo de Johnny siempre. También estoy ya con la segunda temporada de Los Durrell (Movistar y Filmin) medicina para desconectar de la dureza de la tercera ola de la pandemia. Adorables todos ellos. Menos me ha gustado Los espabilados (Movistar +), creada por Albert Espinosa. Los diálogos suenan totalmente forzados, el guion está repleto de frases motivacionales, los adolescentes hablan y se comportan como adultos de una forma que resulta hasta inquietante... Todo suena tan a falso que las buenas intenciones que se pueden vislumbrar detrás quedan en un segundo plano. En otro orden de cosas, qué pena la eliminación de Luis de Pasapalabra. Sí, yo también veo todos los días el concurso (antes del teletrabajo solo llegaba al Rosco, pero en estos últimos meses lo puedo ver entero) y hay que ver qué cariño se les coge... Para quejas, sugerencias, propuestas o preguntas, en Twitter soy @cakivi y en el correo, nmarcos@elpais.es Si te ha gustado lo que has leído y crees que le puede gustar a otras personas, te invito a reenviarla. Y si has recibido esta newsletter y te gustaría suscribirte, puedes hacerlo aquí (gratis). Hasta la próxima semana.
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